Un equipo investigador con participación española identificó en experimentos con animales dos factores de transcripción (proteínas que participan en la regulación del ADN), que podrían contribuir al desarrollo de terapias contra la sordera neurosensorial.
Se trata de una patología que, además de sordera neurosensorial profunda, causa microcefalia, infertilidad, retraso mental y enanismo, indicó el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Estas proteínas son los factores de transcripción MEF2 y FoxM1. Se conoce que la sordera neurosensorial profunda se produce por la falta en el organismo del factor de crecimiento similar a la insulina tipo I (IGF-I).
La investigación aparece en el último número de la revista PLoS ONE y ha sido dirigida por la investigadora Isabel Varela-Nieto.
Los análisis han permitido identificar, por vez primera, el papel protagonista de MEF2 y FoxM1 en el desarrollo del oído.
Los resultados pueden ayudar a conocer más sobre las bases genéticas y moleculares de la sordera neurosensorial asociada al déficit en IGF-I, pero también puede contribuir en la investigación de otras patologías con niveles bajos de IGF-I y que comparten características similares.
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